domingo, 23 de octubre de 2016

Charco de Lodo



Comparto un hermoso cuento, una reflexión de como vemos los adultos la vida y como la ven los niños, que bonito fuera que los adultos nunca dejáramos de ser niños para disfrutar las pequeñas cosas que son las más grandes satisfacciones de la vida.


CHARCO DE LODO 


Cuando veo dientes de león, veo hierba dañina invadiendo mi patio. Mis hijos ven flores para la madre y soplan la pelusa blanca pensando en un deseo.
Cuando veo un mendigo que me sonríe, veo a una persona sucia que probablemente quiere que le de dinero y eso me pone molesto. Mis hijos ven a alguien que les sonríe y ellos responden con otra sonrisa.
Cuando oigo una música, me gusta. Pero no sé cantar y no tengo ritmo; entonces me siento y escucho. Mis hijos sienten el ritmo y bailan. Cantan y si no saben la letra, crean la suya propia.
Cuando siento un fuerte viento en mi rostro, me esfuerzo contra el. Lo siento despeinándome y empujándome para atrás cuando voy caminando. Mi hijos cierran sus ojos y abren sus brazos y vuelan con el, hasta que caen a reír en el suelo.
Cuando rezo, digo tú y nosotros, y concédeme esto y dame aquello. Mis hijos dicen, ¡Hola Dios!, te doy las gracias por mis juguetes y mis amigos. Por favor, mantenga lejos los malos sueños hoy por la noche. Yo todavía no quiero ir al cielo. ¡Sentiría la falta de mi padre y de mi madre!.
Cuando veo un charco de lodo le saco la vuelta. Veo zapatos enlodados y tapetes sucios. Mis hijos se sientan en el. Ven represas para construir, ríos para cruzar y bichos para jugar.
Yo solo quisiera saber, ...
Si los hijos nos fueron dados para enseñarles o para aprender de ellos...
Porque un día podría mirar para atrás y descubrir que eran grandes cosas grandes.
Es recomendable apreciar las pequeñas cosas de la vida.

Te deseo:
grandes charcos de lodo ...
y dientes de león.


libro de Los Cuentos.
Diego Palma.

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