domingo, 22 de febrero de 2015



"No había nada que fue velado por él, y se cubrió con un velo la esencia de todo lo que había visto".

Inscripción debajo de la estatua de la Phtahmer, 
sumo sacerdote de Menphis, en el Lovre de Paris. 

"Lo más difícil y más obscuro de los Libros Sagrados, "Génesis", contiene tantos secretos como palabras, y como palabras oculta varios otros". 
San Jerónimo.
El azulado resplandor fue tomando forma y esa forma semejante a la humana tenía ojos de infinita dulzura que le miraban, y unos labios que se abrían suavemente para decirle.

-"Moisés, no me tomes por el Dios Invisible de Abraham, de Jacob, de Anek-Atón, que has evocado, porque no soy más que un enviado suyo para consolar la angustia de tu corazón. Él existe, vive eternamente y eternamente vigila sobre toda vida y en todos los mundos que ruedan como perlas de fuego en la infinita inmensidad azul. ¿No te vigilará a ti, elegido por Él para el cumplimiento de un designio suyo sobre esta humanidad que te rodea?  

--¿Quién eres tú que me hablas? -pensó Moisés, que no conseguía articular ni una palabra, según era grande su estupor.

- "Soy Aelohim, tu hermano, y obedezco el mandato divino de guiar tus pasos de hoy en adelante, y transmitirte la soberana Voluntad del que es Dueño y Señor de todos los mundos y de todas las vidas.
No te creas nunca solo porque setenta hermanos somos contigo en esta jornada gloriosa y heroica que estas viviendo. Divina Fortaleza te acompaña y nunca serás vencido por ningún poder en este mundo". 

              Moisés el Vidente del Sinaí.  (Libro) 

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