miércoles, 3 de diciembre de 2014

Las Upanishad.

 
       

Las Upanishad son mensajes místicos de los más antiguos.Son probablemente la fuente más pura de la filosofía mística.
          "En ellas se encuentra suficiente fuerza como para dar vigor
            al mundo entero"
          S. Vivekananda
       
          "La lectura más valiosa del mundo"
          Schopenhauer.

Las Upanishad fueron escritos en prosa en la primera mitad del primer milenio a. C., representa la etapa dorada del misterio en la India. Las Upanishad corroboran la propia tradición hindú que siempre han tenido, lo cual se puede confirmar arqueológicamente hasta cierto punto que la singular tradición espiritual de la India se remonta a más de 5 000 años.

Las Upanishad no nos explican ni dicen quien dio con la posibilidad de detener la mente y mirar hacia el interior en lugar de ver hacia el exterior, ellos recrean éste momento extraordinario en la evolución de la conciencia humana.

Lo que hizo a la India tan notable es que llegara a ser la base de una cultura, los sabios eran el modelo a seguir por su comportamiento y los maestros eran los que tenían la autoridad respecto a las ideas, los valores y los objetivos de su civilización.

En todas las grandes religiones se han dado subculturas místicas, por ejemplo el Sufismo en el Islam, pero algo que destaca en la India es que el cultivo de la conciencia de Dios se convirtió en la corriente principal.

 
Tu eres lo que tu deseo profundo
e impulsor es.
Tal como es tu deseo,
así es tu voluntad..
Tal como es tu voluntad,
así es tu acción,
Tal como es tu acción,
así es tu destino.         (Brihad IV, 4.5)

Por encima de los sentidos esta la mente,
por encima de la mente está el intelecto,
por encima de él está el ego,
por encima de ego, está la causa no manifestada.
Y más allá esta Brabman,
Omnipresente, sin atributos,
comprendiéndolo se libera uno,
del ciclo de nacimiento y muerte.    (Katha II 7-8)

El Señor existente por si mismo,
trascendió los sentidos, para volverse hacia fuera.
Por ello miramos al mundo exterior
y no vemos al Yo dentro de nosotros.
Un sabio aparto sus sentidos
del mundo del cambio,
y buscando la inmortalidad,
miro hacia el interior
y contemplo al Yo inmortal.      (Katha II.i 1)

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